Este Tiempo es el que conmemora la Resurrección del Señor: su paso de la muerte a la vida (Pascua significa "pasar").
Comienza estrictamente con la fiesta de la Pascua de Resurrección, si bien se considera que el triduo Pascual, como celebración de este paso, forma ya parte de este tiempo, aunque algunos liturgistas discrepen al respecto.
La elección de la fecha de Pascua tiene como origen la consecución de las estaciones y de las fases de la luna: así, se celebra en el rito romano el domingo posterior a la primera luna llena de primavera. Si esta cae en domingo, siempre es al siguiente, con tal de no coincidir con la Pascua judía, que se celebra el mismo día de la luna, según su calendario lunar.
Siempre se celebra en Domingo, según tradición apostólica. Puede tener lugar entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
En el Triduo Pascual se celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo; y es el corazón del año litúrgico. Comprende los tres días desde las vísperas del Jueves Santo hasta las II Vísperas del Domingo de Resurrección. Prácticamente, ya es tiempo de Pascua, aunque tiene una consideración especial.
El tiempo pascual o de Pascua se extenderá luego a lo largo de siete semanas (50 días). Los cincuenta días después de Pascua se prolongan como un solo día de fiesta, como un solo gran domingo.
Durante todo este tiempo la Iglesia canta la alegría de Cristo Resucitado.
Las celebraciones son como un eco de lo que fue la noche de Pascua: se usan vestiduras blancas, no se deja de cantar el Aleluya, se vuelve a usar el Gloria, durante la octava de Pascua -sus primeros ocho días- cada día, y después, cada domingo. Se adornan los templos con muchas flores, más que nunca, y se usa música y canto.
Hacia el final de este Tiempo se celebrarán también la Ascensión y Pentecostés.
La Ascensión celebra el regreso del Cristo Resucitado a la casa de su Padre, abriendo así para todos los cristianos el camino hacia el Padre Dios. Se confirma y manifiesta de manera solemne a Jesucristo como Señor del Universo.
Tradicionalmente se ha celebrado cuarenta días después del Domingo de Resurrección, en jueves, si bien puede ser trasladada por motivos pastorales al domingo siguiente.
La solemnidad de Pentecostés (significa cinquentena) cierra el tiempo pascual. Celebra la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
La tradición afirma que Jesús no deja abandonados a los suyos; al contrario, les envía los dones necesarios.
En el Antiguo Testamento era la fiesta de la cosecha, pero según san Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, es el día en que nace la Iglesia.
Se celebra cincuenta días después del domingo de resurrección (diez días después de la Ascensión), al octavo domingo de Pascua y con vestiduras rojas.
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