Mateo
También conocido como Leví, es una figura central en el cristianismo por ser uno de los doce apóstoles de Jesús y tradicionalmente el autor del Evangelio que lleva su nombre.
Su vida, tanto antes como después de su encuentro con Jesús, nos ofrece una profunda comprensión de la transformación espiritual y el mensaje de salvación.
Era un recaudador de impuestos, lo que lo hacía una figura despreciada por el pueblo judío.
Trabajaba para el Imperio Romano, un régimen que oprimía a los judíos, y era visto como un traidor.
Los recaudadores de impuestos, o publicanos, a menudo eran asociados con la corrupción y el abuso de poder.
Su nombre original era Leví, y probablemente vivía en Cafarnaúm o sus alrededores.
En tiempos de Jesús, los recaudadores de impuestos eran intermediarios entre el Imperio Romano y las poblaciones locales.
Este trabajo, aunque lucrativo, conllevaba una carga social y religiosa considerable, ya que era visto como una traición al pueblo judío.
Mateo probablemente era consciente de la hostilidad que enfrentaba en su comunidad, lo que hace su llamado por Jesús aún más significativo.
En su Evangelio de Mateo se relata el momento en que Jesús lo llamó: “Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: ‘Sígueme’. Y se levantó y lo siguió”.
Este acto fue sorprendente, ya que Jesús estaba llamando a un hombre que era considerado un pecador por sus conciudadanos.
Su respuesta inmediata al llamado de Jesús muestra un cambio profundo.
Dejó su lucrativo trabajo para seguir a un maestro itinerante.
Esto refleja la capacidad transformadora del mensaje de Jesús y cómo las personas marginadas y despreciadas podían encontrar un nuevo propósito y valor en el reino de Dios.
Poco después de su llamado, Mateo organizó una gran fiesta en su casa, a la que invitó a otros publicanos y pecadores.
Este evento fue criticado por los fariseos, quienes cuestionaron a Jesús sobre por qué comía con pecadores.
Jesús respondió: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” .
Es tradicionalmente reconocido como el autor del primer evangelio en el Nuevo Testamento.
Este evangelio fue escrito principalmente para una audiencia judía y tiene un enfoque particular en mostrar cómo Jesús cumplió las profecías del Antiguo Testamento.
Es el más largo de los cuatro evangelios y tiene varias características distintivas:
Presenta a Jesús como el Mesías prometido, haciendo referencias continuas a las profecías del Antiguo Testamento.
Contiene el Sermón del Monte (capítulos 5-7), uno de los discursos más importantes de Jesús.
Subraya la enseñanza sobre el reino de los cielos.
Se estructura se basa en cinco discursos principales, lo que algunos estudiosos creen que refleja los cinco libros de la Torá.
Mateo escribió su evangelio para demostrar que Jesús era el Mesías esperado por los judíos y para enseñar cómo vivir una vida conforme a los principios del reino de Dios.
A lo largo de su relato busca conectar la vida y ministerio de Jesús con las Escrituras hebreas, resaltando el cumplimiento de las profecías mesiánicas.
Tras la resurrección de Jesús y su ascensión, los apóstoles comenzaron a expandir el mensaje del evangelio.
Mateo, como los demás apóstoles, fue comisionado para ir y hacer discípulos de todas las naciones.
Aunque los detalles sobre su ministerio después de la ascensión son escasos en los Evangelios, la tradición cristiana sostiene que predicó en varios lugares.
Algunas fuentes sugieren que viajó a regiones como Etiopía y Persia, donde habría predicado y realizado milagros.
Existen varias tradiciones sobre su muerte.
Algunas sugieren que murió como mártir, aunque los detalles varían entre fuentes.
Según una de las tradiciones más extendidas, murió martirizado en Etiopía, un territorio en el que había predicado el Evangelio. Se dice que fue apuñalado con una lanza o una espada por orden del rey Hirtaco, quien no toleraba las enseñanzas cristianas que Mateo estaba propagando.
Otra menciona que fue decapitado, un tipo de martirio común entre los apóstoles y primeros cristianos. En esta versión, se resalta su testimonio inquebrantable de la fe y su negativa a renunciar a Cristo, lo que llevó a su ejecución.
La figura de Mateo ha dejado una huella indeleble en la historia del cristianismo, tanto por su evangelio como por su vida transformada.
Su evangelio ha sido una fuente invaluable de enseñanza y doctrina para la Iglesia a lo largo de los siglos.
El Evangelio de Mateo ha influido en la comprensión de la naturaleza de Jesús como el Mesías y en la relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
A través de su énfasis en la ética del reino de los cielos, Mateo ha guiado la enseñanza cristiana sobre cómo los seguidores de Jesús deben vivir en el mundo.
Es venerado como santo tanto en las iglesias católica, ortodoxa y algunas denominaciones protestantes.
Su festividad se celebra el 21 de septiembre en la Iglesia Católica, y su evangelio sigue siendo uno de los textos más leídos y estudiados en todo el mundo cristiano.
Como conclusión, la vida del apóstol Mateo, desde su puesto como recaudador de impuestos hasta su papel como evangelista, es un testimonio del poder transformador de la gracia de Dios.
Su evangelio sigue siendo una guía fundamental para los cristianos en su búsqueda de entender y vivir el mensaje de Jesús.
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