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Foto del escritorTony Salgado

Vida discipular (IV de XIV)

 


 Juan


El apóstol Juan fue una figura clave en el cristianismo primitivo y uno de los doce discípulos de Jesús.

Es conocido principalmente por ser el autor del Evangelio que lleva su nombre, tres epístolas y el libro de Apocalipsis, según la tradición cristiana.

Aunque algunos estudiosos debaten si el mismo Juan fue el autor de todos estos textos pero, indudablemente, la figura de Juan ha sido fundamental en la teología y en la historia del cristianismo.

 

Era hijo de Zebedeo, un pescador, y de Salomé, y hermano menor de Santiago el Mayor, quien también fue apóstol.

Junto con su hermano, fue llamado por Jesús mientras pescaban en el Mar de Galilea, un evento que aparece en los Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas).

Ambos hermanos eran conocidos como los "hijos del trueno", lo que sugiere que tenían una personalidad intensa.

Juan pertenecía al círculo íntimo de Jesús, junto con Pedro y Santiago.

Estos tres apóstoles estuvieron presentes en momentos clave, como la transfiguración de Jesús y su agonía en el Jardín de Getsemaní.

 

Es a menudo referido como "el discípulo amado", una designación que aparece en el Evangelio que lleva su nombre.

Aunque no se menciona explícitamente en otros evangelios, esta expresión es interpretada por muchos como una indicación de la cercanía especial que tenía con Jesús.

Según su Evangelio, fue Juan quien se recostó sobre el pecho de Jesús durante la Última Cena, y a quien Jesús confió el cuidado de su madre María mientras estaba en la cruz.

 

El Evangelio de Juan es muy diferente de los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas).

Tiene un enfoque más teológico y simbólico, presentando a Jesús como el Verbo (Logos) hecho carne, destacando su naturaleza divina.

Algunos de los temas principales de este evangelio incluyen la vida eterna, la luz frente a las tinieblas y el amor de Dios.

Este evangelio también contiene varios discursos largos de Jesús que no se encuentran en los otros evangelios, como el discurso sobre el Buen Pastor y la promesa del Espíritu Santo.

La figura de Jesús en el Evangelio de Juan es claramente divina desde el principio: "En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios".

 

Las tres epístolas que se atribuyen son breves, pero están cargadas de temas profundos sobre el amor, la verdad y la comunión entre los creyentes.

– Primera epístola. Este texto se enfoca en la importancia del amor fraternal y la necesidad de mantenerse alejados del pecado.

Juan recalca que Dios es amor y que quienes aman a sus hermanos habitan en la luz.

También advierte contra los falsos maestros y la importancia de permanecer fieles a la enseñanza original de Cristo.

- Segunda epístola. En esta carta, advierte a una comunidad cristiana sobre los engañadores que niegan que Jesucristo vino en carne. Insiste en que los creyentes deben caminar en el amor y guardar los mandamientos de Cristo.

- Tercera epístola. Este breve escrito es más personal, dirigido a un hombre llamado Gayo.

Juan lo alienta en su hospitalidad hacia los misioneros cristianos y reprende a un líder local, Diótrefes, por su comportamiento autoritario y rechazo a recibir a los hermanos.

 

El libro de Apocalipsis o Revelación es quizás el texto más enigmático atribuido a Juan.

Se trata de una visión profética sobre el fin de los tiempos, escrita en un estilo apocalíptico con imágenes simbólicas intensas.

Apocalipsis fue escrito durante su exilio en la isla de Patmos, bajo el gobierno del emperador Domiciano, cuando la iglesia cristiana sufría persecución.

El libro describe la lucha final entre el bien y el mal, la venida del Anticristo, el juicio final y la consumación del Reino de Dios, con la creación de un nuevo cielo y una nueva tierra.

Algunos de los elementos más conocidos del Apocalipsis incluyen los cuatro jinetes del Apocalipsis, los siete sellos, las trompetas y las copas, así como la visión de la Nueva Jerusalén.

Este texto ha sido objeto de múltiples interpretaciones a lo largo de la historia, tanto literales como simbólicas.

 

Después de la resurrección y ascensión de Jesús, Juan se convirtió en uno de los líderes de la iglesia en Jerusalén.

Acompañó a Pedro en la misión de predicar el evangelio a los judíos y a los gentiles.

Según la tradición, Juan se trasladó a Éfeso, en Asia Menor (actual Turquía), donde pasó los últimos años de su vida.

Se cree que fue el único de los apóstoles que murió de muerte natural, a diferencia de sus compañeros que fueron martirizados.

 

Su legado es profundo y multifacético.

Su evangelio destaca la divinidad de Jesús de manera más clara que los sinópticos y enfatiza el amor como la piedra angular de la vida cristiana.

Sus epístolas continúan este énfasis en el amor y la verdad, mientras que Apocalipsis proporciona una visión profética que ha inspirado a generaciones de cristianos.

Juan es conocido como el "Teólogo" en la tradición oriental cristiana, debido a su enfoque en la naturaleza divina de Cristo.

La idea del Logos en su evangelio ha influido profundamente en la teología cristiana, especialmente en los debates sobre la naturaleza de Cristo en los primeros concilios ecuménicos.

 

A lo largo de los siglos, Juan ha sido representado en innumerables obras de arte, especialmente en escenas de la Última Cena y en las visiones de Apocalipsis.

En la iconografía cristiana, a menudo se le representa como un hombre joven, con apariencia contemplativa, a veces sosteniendo un águila, símbolo de la visión elevada y espiritual de su evangelio.

 

Aunque la tradición ha atribuido los textos mencionados al apóstol Juan, muchos estudiosos modernos cuestionan si la misma persona escribió el evangelio, las cartas y Apocalipsis.

Algunos argumentan que podrían haber sido escritos por diferentes autores que formaban parte de una "escuela joánica", una comunidad que siguió las enseñanzas y tradiciones de Juan.

Sin embargo, esta cuestión no disminuye la importancia de estos textos en el cristianismo.

 

Como resumen, Juan fue un pilar en los primeros días del cristianismo.

Su vida estuvo marcada por una estrecha relación con Jesús, y su legado perdura a través de los escritos atribuidos a él.

Ya sea como el autor del Evangelio de Juan, las epístolas o Apocalipsis, Juan dejó una huella profunda en la teología cristiana, especialmente en su énfasis en el amor, la verdad y la esperanza en la segunda venida de Cristo.

Su influencia sigue siendo relevante hoy en día, tanto en la liturgia como en la espiritualidad cristiana.

 

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