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Un viejo "machete" que salva vidas

Foto del escritor: Tony SalgadoTony Salgado

Tony Salgado

2023


En febrero de 2020 falleció a los 74 años en San José, California, un señor llamado Larry Tesler, quien trabajó en la empresa Xerox durante muchos años.

¿Y quién fue este buen hombre? No es muy conocido que digamos.

Seguramente que no, para quienes no seguimos de cerca los entretelones de lo que cuece en el centro neurálgico de la tecnología de la información.

Pues bien, el mencionado Larry fue el inventor de los comandos cortar/copiar y pegar; y el de buscar y reemplazar, inspirados en la práctica editorial de recortar porciones de textos y adherirlos en otro lado

¡Vaya pavada!, quizás pareciera serlo… A esto, en mi secundaria lo podríamos asimilar al tan difundido “machete”, al que debimos recurrir en no pocas pruebas. Era obvio que en copiar habíamos hecho una Maestría.

Sin embargo, el invento de don Larry se utilizó desde el comienzo tanto en editores de texto como en sistemas operativos de ordenadores completos. Se ve que dichos comandos, de pavada pareció que no tenían nada.

En efecto, su idea combinó el adiestramiento informático con una visión contracultural de la época, según la cual las computadoras deberían ser para todos y no para unos pocos científicos. Y así ocurrió… hasta la actualidad.


Hoy en día universidades, como Harvard y MIT, así como laboratorios y startups de ciencia y salud, están desarrollando centros para encontrar tratamientos y curas para enfermedades poco frecuentes y para otras que aún no tienen cura.

Lo hacen en tratamientos preclínicos (no humanos) y clínicos (humanos) para para enfermedades oncológicas, coronarias y nuevas terapias para el Parkinson.

Utilizan precisamente los comandos de don Larry: ‘Buscar y reemplazar’, con los que estudian enfermedades en las que la pérdida de la célula fundamental conduce a enfermedades neurológicas, inmunológicas, cardiovasculares y oftálmicas.

“Sabemos que desde el primer diagnóstico de Parkinson se pierde más de la mitad de las neuronas dopaminérgicas del cerebro. Existen medicamentos llamados levodopa (en base a dopamina), y tanto médicos como pacientes saben que, desde el momento del diagnóstico hay buenos efectos de la levodopa, pero con el tiempo estos beneficios desaparecerán debido a la continua pérdida de dichas neuronas en el cerebro. Mediante “buscar y reemplazar” se puede devolver funcionalidad al paciente luego de la pérdida de células. Se trata el Parkinson mediante neuronas dopaminérgicas derivadas de células madre que se implantan en el cerebro, con lo que se trata la causa raíz de la enfermedad.

Nadie lo ha hecho antes y cuesta imaginar cómo entregar las células al lugar correcto, hacer que se injerten en el cuerpo, se integren y se conviertan en parte de esa red neural. Esta es la primera enfermedad en la que encontramos, reemplazamos, restauramos la función y revertimos la enfermedad. Es la medicina regenerativa, con la que se reconstruyen los tejidos esenciales. Una Célula Madre puede dar origen a cualquier tipo de célula en el cuerpo, pudiendo convertirse en cabello, piel, hueso, músculo, etc. Con ellas logramos las mismas de donantes sanos. Luego se reprograma la misma, transformándola en una nueva sobre la que se puede trabajar.

No estamos tratando de curar el Parkinson. Lo que buscamos es crear funcionalidad completa para ese paciente para que pueda vivir con Parkinson y que después de su tratamiento, al despertar cada día sea piense qué voy a hacer hoy y mañana, y no en lo que voy a perder. Es un enfoque regenerativo y buscamos crear y devolver la funcionalidad con las células nuevas”.





Los comandos creados por Larry son también utilizados para las enfermedades cardíacas, en las que se está perfeccionando la investigación.

“Se suele confundir a las terapias celulares con las génicas. Las primeras reponen y las segundas reparan. En el Parkinson lo que se hace es reponer las células que se murieron. En cambio, en las génicas, se agrega una nueva función a las células que ya existen en el cuerpo, pero se encuentran dañadas o funcionan de modo incorrecto, como son los trastornos del sistema nervioso central, neuromusculares, metabólicos y cardiovasculares.

Una de las enfermedades más comunes en el mundo es la insuficiencia cardíaca congestiva que se produce cuando el corazón no puede bombear de manera efectiva sangre. A pesar de que los muchos tratamientos existentes, aún no se está haciendo lo suficiente. Una vez diagnosticados, algunos pacientes tienen un primer episodio de insuficiencia cardíaca, luego un declive muy rápido y mueren. Otros se recuperan en forma completa, con miocardiopatías donde hay un virus que afecta el corazón, el que al combatirlo, desaparece y el corazón se recupera. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se ven oscilaciones en las que los pacientes entran y salen del hospital, mejoran un poco y regresan varias veces hasta que finalmente mueren. Es la trayectoria observable en pacientes con enfermedad de insuficiencia cardíaca.

En la célula cardíaca, el calcio es importante para producir fuerza y luego relajar el corazón. El mismo tiene que bombear la sangre, pero también tiene que relajarse para permitir que entre la sangre que viene de los pulmones. Se trata de una producción de fuerza y relajación muy importante y orquestada, en cuyo centro está el calcio. Existe una proteína muy importante (Serca), la que lleva calcio durante la relajación; y luego, durante el bombeo, lo libera para que la célula del corazón pueda producir fuerza y expulsarlo. En casos de insuficiencia cardíaca, este funcionamiento disminuye. Resultaba muy difícil apuntar a este complejo de mecanismos usando farmacología simple como una molécula pequeña. Para lograrlo se utilizó un vector, sobre el que se colocó la información para hacer una proteína específica. Ese vector es el que se entrega el corazón a través de un catéter. Los pacientes comiencen a ver los resultados al cabo de un mes y durante los tres o cuatro siguientes comienzan a sentirse mejor y los episodios no se repiten.

Para generar células madre y transformarlas, se sacan células de personas sanas, se convierten a células madres y luego se diferencian para diversos tipos de medicina, como ser células cerebrales para trastornos neurológicos, células cardíacas para tratar estas insuficiencias, etc.

Durante un ataque de corazón, las células del paciente se dañan y se pierden, lo que conduce a la disfunción del órgano y, en última instancia, a la insuficiencia cardíaca. La opción actual es el trasplante de corazón, pero no hay suficientes órganos para tratar a todos los que los necesitan.

Este nuevo tratamiento consiste en crear células del corazón a partir de células madre, y luego inyectarlas en el área dañada del corazón, donde reemplazan a las células dañadas o perdidas y se restaura la función del corazón.

Existen en la actualidad cerca de cincuenta moléculas en estudio, teniendo en cuenta todas las fases de los ensayos clínicos. Adicionalmente, también existen nuevas indicaciones o formulaciones de moléculas, que ya están disponibles”.


Se me ocurre que Larry Tesler jamás hubiera imaginado desde su oficina de Xerox que varias décadas después del lanzamiento de su original método de encadenar varios comandos para lograr el “cortar/copiar y pegar”, que apuntaba a la simplificación de largos procesos informáticos, tendría el enorme alcance científico antes descripto y lograría la curación de graves enfermedades. Y esto quizás sea solo el comienzo de nuevas aplicaciones.

Es lo que en general ocurre con las mentes privilegiadas y humildes que, en la búsqueda de soluciones a los problemas cotidianos que les complican sus labores, encuentran puntos de vista creativos e impensados, que luego los trascienden para un beneficio universal.

Pero en mi caso y, salvando las distancias y los órdenes de magnitud, sigo considerando como invalorable para enfrentar a los cuestionamientos sobre nuestros aprendizajes, a la solución provista por los siempre creativos “machetes” de la secundaria.


 
 

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