top of page

Un riesgo inminente

Foto del escritor: Tony SalgadoTony Salgado

Tony Salgado

 

 

El análisis del riesgo climático en la provincia de Buenos Aires abarca múltiples dimensiones debido a su vasta extensión territorial, diversidad geográfica y socioeconómica.

Buenos Aires enfrenta amenazas climáticas que incluyen inundaciones, sequías, olas de calor, tormentas severas, y la elevación del nivel del mar.

Estos riesgos son amplificados por factores como el cambio climático, la urbanización desordenada, y la vulnerabilidad social y económica de ciertas áreas.

A continuación, se describen en detalle los riesgos climáticos más significativos que enfrentamos a muy corto plazo.

 

1. Inundaciones

 

La provincia de Buenos Aires es particularmente vulnerable a las inundaciones debido a su topografía plana y la presencia de ríos importantes como el Paraná, el Salado, y el Río de la Plata.

Estas inundaciones pueden clasificarse en tres tipos principales:

 

a. Inundaciones fluviales

Son causadas por desbordes de ríos y arroyos debido a lluvias intensas o prolongadas.

La Cuenca del Río Salado es especialmente propensa, ya que sus características geomorfológicas dificultan el rápido drenaje del agua.

Las ciudades de La Plata, Chivilcoy y Mercedes han sido históricamente afectadas.

 

b. Inundaciones urbanas

En áreas urbanizadas como el Conurbano Bonaerense, la impermeabilización del suelo y la insuficiencia de sistemas de drenaje agravan las inundaciones.

Algunos episodios no muy lejanos en La Plata expusieron la falta de infraestructura adecuada.

 

c. Inundaciones costeras

El aumento del nivel del mar, combinado con sudestadas, representa una amenaza constante para varias ciudades costeras.

Por ejemplo Mar del Plata y Bahía Blanca estarían seriamente expuestas.

 

2. Sequías

 

La provincia también enfrenta períodos de sequía, especialmente en el sudoeste, donde el clima es más árido.

Las sequías impactan la producción agrícola y ganadera, que es el motor económico de la región.

Las sequías más prolongadas están vinculadas al fenómeno de La Niña y al cambio climático en general, que ha alterado los patrones de precipitación.

 

3. Tormentas severas

 

Las tormentas eléctricas, granizo y vientos fuertes son comunes durante la primavera y el verano.

Estas tormentas pueden dañar cultivos, infraestructura y viviendas, particularmente en áreas rurales.

El cambio climático ha intensificado la frecuencia y severidad de estos eventos.

 

4. Olas de calor

 

El Conurbano Bonaerense es particularmente vulnerable a las olas de calor debido al efecto de isla de calor urbana.

Las olas de calor afectan especialmente a los sectores más vulnerables de la población, como ancianos y niños, aumentando los riesgos para la salud pública.

 

5. Elevación del nivel del mar

 

El litoral bonaerense enfrenta riesgos significativos y muy probables debido al aumento del nivel del mar.

Este fenómeno, asociado al cambio climático, amenaza con provocar erosión costera y la pérdida de tierras en áreas como Punta Indio y General Lavalle.

 

6. Impacto en la biodiversidad y ecosistemas

 

El cambio climático afecta a los humedales, pastizales y a las áreas protegidas de la provincia.

Por ejemplo, el delta del Paraná está experimentando alteraciones en su régimen hídrico, lo que afecta a la flora y fauna local.

 

7. Riesgo socioeconómico

 

La desigualdad social y económica en Buenos Aires exacerba la vulnerabilidad a los riesgos climáticos.

Los sectores más pobres carecen de infraestructura adecuada y acceso a recursos para mitigar y adaptarse a los impactos climáticos.

 

8. Estrategias de mitigación y adaptación

 

Para reducir los riesgos climáticos, es fundamental implementar medidas como:

 

  • Inversiones en infraestructura de drenaje.

  • Programas de reforestación y conservación de ecosistemas.

  • Planificación urbana sostenible.

  • Educación y sensibilización sobre el cambio climático.

 

La provincia de Buenos Aires debe priorizar políticas integrales y colaborativas para enfrentar los desafíos climáticos, asegurando la resiliencia a largo plazo de sus comunidades y ecosistemas.

Esta es una deuda pendiente a la que las autoridades de turno no prestan la debida atención, y cuando quieran hacerlo, será demasiado tarde.

 
 

Comentarios


bottom of page