Arturo Prins, Agosto 2024
Editado por Tony Salgado
“Por primera vez se realizó un estudio sobre el impacto que tienen en la economía del país las actividades de las organizaciones de la sociedad civil (OSC), o sea las fundaciones y asociaciones civiles.
Muchos estudios se conocen sobre el rol del Estado y de las empresas en nuestra economía, pero poco o nada se sabía sobre el impacto que generan estas organizaciones.
El estudio, solicitado por la Confederación de la Sociedad Civil –máxima representante de las OSC– lo realizó la Universidad Católica Argentina con una rigurosa revisión, a punto tal que fue declarado de “Interés para el desarrollo económico” por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Si bien el estudio incluye a otras organizaciones sin fines de lucro como los consorcios de propietarios, mutuales, cooperadoras, entidades religiosas y políticas, asociaciones empresarias y deportivas, instituciones artísticas y culturales, iglesias, y otras, la magnitud del impacto de las fundaciones y asociaciones civiles es mucho mayor pues aportan un 3,52% a nuestro PBI, muy cerca de sectores económicos como el de la construcción (3,7%) o la minería (4%).
Dicho porcentaje es superior al de México (2.9%), Brasil (2,3%), Chile (1,12%), España (1,1%) o el Reino Unido (1%).
La Argentina está alineada en este campo con avanzadas economías del mundo.
Sólo Estados Unidos está muy por encima (5,4%) pues sus OSC recaudan el mayor monto anual de donaciones.
La mencionada incidencia en el PBI es parcial, pues surge del efecto económico de las 595.317 personas que dichas OSC emplean, lo cual representa el 10,17% del empleo privado en el país.
Si se agregan los objetivos que logran, el desarrollo económico, social y cultural que aportan es muy superior.
Algo más del 90% de estas OSC son micro organizaciones que realizan actividades y servicios que resuelven importantes necesidades de la sociedad.
Otro punto relevante es el número de voluntarios que colaboran en ellas. Son 1.720.054 personas que donan tiempo y talentos.
El tiempo que dedican, en promedio, es de casi 4 horas diarias.
A mayor edad y nivel educativo, mayor es la presencia en el voluntariado.
Una gran parte de las OSC está concentrada en la ciudad de Buenos Aires (50,6%) y en cinco provincias (38,7%): Buenos Aires (22%), Santa Fe (7%), Córdoba (5,8%),
Entre Ríos (2,1) y Mendoza (1,8%).
En el resto de las provincias está el 10,7% de las OSC.
Ante esta realidad, periódicamente se promueven acciones, encuentros y comunicaciones para que en estas provincias se constituyan más organizaciones que atiendan el sinnúmero de necesidades que ellas tienen.
En Historia de una pasión argentina Eduardo Mallea indica que el trabajo creador se origina en una inteligencia desinteresada, un ensueño, una fantasía trasformadora.
Es la energía de las OSC.
Las Naciones Unidas las valora, a tal punto que desde 1948 les otorga estatus consultivo a fin de que presenten propuestas a los Estados miembros.
Innovadoras iniciativas se concretaron así en varios países, con soluciones a graves problemas.
En la Argentina miles de OSC trabajan en políticas públicas, vivienda, infraestructura, economía, ciencia, educación, salud, medio ambiente, cultura, arte, música, etcétera.
Con inteligencia logran soluciones micro que, cuando el Estado las extiende a nivel macro, benefician a un mayor número de personas.
Tan inédito estudio fue presentado en junio pasado en la legislatura porteña, por la presidenta de la Confederación de la Sociedad Civil, Mercedes Aranguren.
La acompañaban autoridades nacionales y municipales, legisladores y representantes de OSC y organismos afines.
Ello originó importantes iniciativas.
En primer lugar, se presentará el estudio en el Senado de la Nación con normas que se desea impulsar para alentar a las fundaciones y asociaciones civiles por la creciente relevancia que sus actividades tienen en la economía nacional.
En segundo lugar, la mencionada confederación constituirá un Centro de Estudios de la Sociedad Civil para abogar por políticas públicas que potencien el rol de las OSC.
Para ello es necesario obtener información detallada y datos sólidos sobre las contribuciones que realizan.
Esto se obtendrá con la creación de una cuenta satélite –ya existen en cultura y turismo– que analizará los aportes de las OSC a la economía con mayor claridad y precisión que las cuentas nacionales.
Un muy alentador estudio en medio de la crisis económica actual que aún sobrevive en la sociedad, en el Estado y en las empresas”.
Hace quince años que soy voluntario en varias ONGs locales en variedad de tareas, tales como el manejo de PCs, la lectura de libros, la creación de bases de datos de las personas asistidas y algunas charlas, entre otras.
Es reconfortante ver como modestas contribuciones pueden generar tanto agradecimiento por parte de quienes las integran.
En una manera de devolver a la sociedad una parte de lo mucho que recibí de ella, cuando en mi juventud pude cursar una carrera universitaria gratuitamente (única opción posible para mí), un hecho inédito incluso en países el primer mundo.
Ayudar a ONGs es altamente recomendable para quienes ya estamos jubilados y disponemos del tiempo necesario para hacerlo.
Tony Salgado
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