Mundo Psicológico, editado por Tony Salgado
“A lo largo de nuestra vida nos van sucediendo diferentes experiencias y situaciones, cada una de ellas nos genera una reacción emocional: alegría, tristeza, rabia, impotencia, etc. La mayoría de las veces, tenemos la sensación de que no podemos controlar éstas situaciones y que somos víctimas de sus circunstancias y consecuencias. Es por este motivo que tenemos tendencia a categorizar las situaciones entre buenas y malas, positivas o negativas. Tanto es así que muchas personas creen que realmente tienen una buena o mala suerte en su vida. Pero, ¿Realmente existe la mala suerte o las buenas rachas?
¿Existe la mala suerte?
El cuento que presentamos a continuación, nos enseña que la buena o mala suerte no existe y que es muy importante nuestra actitud a la hora de hacer frente a las situaciones y aprender de ellas.
“Una historia china habla de un anciano labrador, viudo y muy pobre, que vivía en una aldea. El anciano tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Los vecinos del anciano labrador se acercaron a su granja para condolerse con él, y lamentar su desgracia, y le decían: ¡Qué mala suerte que tu único caballo se ha escapado! A lo que el sabio anciano les replicó: ¿Mala suerte o buena suerte, quién sabe?
Unos días más tarde, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes, tantos que casi no cabían en la granja. Entonces los vecinos acudieron a felicitar al labrador diciéndole: ¡Qué buena suerte que tu caballo regresó y además trajo consigo un montón más! A lo que este les respondió: ¿Buena suerte o mala suerte, quién sabe?
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, este lo tiró al suelo y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia, por lo que fueron de nuevo a decirle al anciano: ¡Qué mala suerte, que tu hijo se ha roto la pierna! A lo que el viejo labrador se limitó a decir: ¿Mala suerte o buena suerte, quién sabe?
Una semana más tarde, el país entró en guerra y fueron reclutados todos los jóvenes varones que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota obviamente lo dejaron tranquilo y se libró de ir a la guerra. ¿Fue eso buena suerte?, ¿O fue mala suerte?… ¿¡Quién sabe!?”
¿Qué es realmente tener mala suerte?
Tal y como se menciona aquí, de cada situación podemos aprender algo nuevo y podemos elegir quedarnos con la parte positiva. El cuento nos anima a tener un papel activo en nuestra vida más que quedarnos pasivos ante las adversidades, ya que la actitud que tomemos, va a definir nuestro bienestar. De esta forma cuando alguien expresa 'tengo muy mala suerte' en realidad lo que está diciendo es que se fija solo en el aspecto negativo de las cosas. Es importante buscar soluciones, alternativas más que lamentarnos de lo que nos sucede y quedarnos enganchados en buscar culpables o preguntarnos el por qué.
Por otro lado, si pensamos que la buena o la mala suerte se crea, esto nos invita a no evaluar y clasificar continuamente las situaciones y experiencias en positivas o negativas. Pues es más importante aceptar los acontecimientos, confiar en nuestras capacidades y estar abiertos a todo lo que nos sucede para poder hacer frente a las nuevas circunstancias. Sería interesante seguir reflexionando sobre este interesante cuento y a poner en práctica la sabiduría que nos transmite.
¿Por qué tengo mala suerte?
Como ya hemos mencionado, la suerte no existe. Richard Wiseman, psicólogo e investigador, expuso que existen algunos patrones particulares por las que nos pasan cosas afortunadas o nos surge la mala suerte. Tanto es así que en su libro The Luck Factor expuso lo que sus investigaciones demostraron: que la buena o la mala suerte es sólo una cuestión de actitud.
La razón de ello es que las personas afortunadas acostumbran a ser más abiertas, tranquilas y sonrientes, lo que se traduce en ser todo un amuleto contra la mala suerte. En cambio, aquellos que creen que no paran de tener mala suerte suelen estar más ansiosos, tensos y se sienten más infelices.
De esta forma a través de sus estudios se demostró que las cosas que dan mala suerte no existen sino que en realidad lo que determina la buena o la mala suerte de los acontecimientos es cómo lo enfocamos nosotros.
¿Cómo quitar la mala suerte en la vida?
Está claro que según todas las investigaciones con respecto a la suerte, lo que debemos hacer para luchar contra la mala es precisamente mejorar nuestra actitud. La clave para ser positivos no está solo en empezar a ver el mundo de color de rosa sino en poder minimizar la importancia de algunos sucesos negativos que pasan en nuestra vida.
Para ello Wiseman estableció que existían algunas reglas que podíamos seguir para quitar la "mala suerte" de nuestras vidas a través de nuestra actitud.
1. Maximiza las oportunidades
Una de las cosas que da mala suerte es estar contantemente quejándose de tener menos oportunidades o de ver las cosas malas que te rodean. Para dejar de lado toda esta negatividad la clave es enfocar nuestra atención en la oportunidad y no en aquello de lo que carecemos. Esto sucede ya que al estar concentrado en aquello que no tenemos, nos distrae para buscar, probar o crear cosas nuevas e interesantes. Por lo tanto, deja atrás los amuletos contra la mala suerte y empieza a tener los ojos y tu atención más abiertos a todo lo que te rodea. La clave para quitar la mala suerte es precisamente dejando atrás nuestra zona de confort y abriendo nuestro horizonte a nuevas experiencias.
2. Presta atención a tu intuición
A pesar de que no acostumbramos a usarla, a veces nuestra intuición puede ser más efectiva de lo que a primera vista pensamos. La realidad es que la intuición es un mecanismo psicológico que nos permite visualizar algunas oportunidades a través de la experiencia que hemos recopilado con el transcurso de los años. De esta forma cuando una persona está relajada puede ver más las señales de su cuerpo y prestar más atención a la intuición. En cambio cuando se está ansioso es más probable tener una racha de 'mala suerte' debido a los miedos que nos paralizan y no nos dejan fluir con todas nuestros ideales. Para conseguirlo, la meditación y las técnicas de relajación pueden ser unos buenos aliados contra la mala suerte en la vida.
3. Espera la buena suerte
Para dejar de tener mala suerte y empezar a tener una buena racha la clave, según Wiseman, es precisamente creerlo. De esta forma, creer en ello ayuda a la mayoría de las personas a mantenerse positivas y optimistas a pesar de que puedan suceder malos acontecimientos. Es obvio que es imposible evitar siempre ir en contra de la mala suerte, pero si se pueden aliviar las cosas negativas que ello implica, esto es mejor tanto para ti como para los de tu alrededor. Creer que las cosas irán mejor te será toda una ayuda para afrontar los fracasos y para no darte por vencido ante nada.
4. Convierte la mala suerte en buena
Quizás un evento que consideras de mala suerte en la vida, se puede convertir a través de tu actitud en una experiencia única. Por este motivo, toma las riendas de tu vida e empieza a verlo todo con otros ojos. La clave para poder ir en contra de la mala suerte es intentar responsabilizarte solo de aquello que tienes bajo tu control y dejar ir todo lo que no puedes controlar. Si te paras a pensar, ¿cómo ves las cosas está bajo tu propia responsabilidad?
A veces para quitar la mala suerte en la vida no es solo necesario cambiar de actitud. La razón de ello es que si estás bajo un prisma constante de negatividad y pesimismo, quizá resulte muy difícil para ti poder cambiar de perspectiva sin la ayuda de un profesional. Igualmente, con esfuerzo y sobre todo con mucho trabajo interno podrás ver las oportunidades detrás de aquello que antes considerabas que era solo tener mala suerte.
Estoy de acuerdo parcialmente con lo mencionado en este artículo.
Por un lado, coincido en intentar revertir la excesiva culpabilidad que sentimos en determinadas situaciones negativas y limitar nuestra participación a aquella que está dentro de nuestro limitado círculo de acción.
No somos plenamente responsables de todo lo malo que nos ocurre, pero tampoco podemos atribuirlo todo a la mala suerte. Eso sería desligarnos de nuestro rol de partícipes necesarios en los acontecimientos que nos atañen.
Por otro lado, creo que para que nos ocurran cosas que sean realmente buenas y con el suficiente peso específico como marcar nuestras vidas y las de nuestras familias, primero debemos trabajar con un claro objetivo en la mente y lo debemos hacer con todo nuestro empeño y energía durante el tiempo que sea necesario, y sin quejarnos.
Una vez cumplida esta condición necesaria, aunque no siempre suficiente, entonces sí, algo de suerte debemos tener para que no nos surjan demasiados obstáculos que nos impidan concretar lo deseado.
En resumen, creo que la mala o la buena suerte pueden existir, pero está en nosotros minimizarla o irla a buscar decididamente, según sea el caso.
Los acontecimientos de la vida son aleatorios, pero estamos dotados de la suficiente capacidad para lidiar con ellos. Dios no nos abandona nunca y, si no lo creen, lean la historia de Job.
Tony Salgado
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