Carlos Prego, Marzo 2024
Editado por Tony Salgado
El futuro pasa por las ciudades. Lleva tiempo advirtiéndolo la ONU, que calcula que para mediados de este siglo casi el 68% de las personas residiremos en zonas urbanas y el crecimiento de la propia población mundial sumará 2.500 millones de habitantes extra a las metrópolis.
La franja de las franjas.
Eso es lo que está tomando forma en África Occidental, entre Lagos y Abiyán: una enorme, gigantesca, conurbación que amenaza con convertirse en la mayor área de población continua y concentrada del planeta, según varios análisis publicados en 2022 por The Guardian y The Times.
Si las previsiones de población dan en el clavo, a finales de este mismo siglo, en 2100, albergará unos 500 millones de personas.
A modo de referencia, se calcula que en el conjunto del área metropolitana de Tokio habitan 37,1 millones de personas, si bien allí la tendencia es de pérdida de población.
Ni Tokio, ni Nueva Delhi, ni Shanghái, ni ninguna otra área de Asia, América o Europa.
Si aciertan, no habrá un polo urbano tan poblado en todo el planeta.
El dato está en sintonía con el de África en general, que según las proyecciones de la ONU podría acoger a cerca del 40% de la población global a finales de este siglo.
Un rosario de ciudades.
El cinturón se localiza en el Golfo de Guinea y se extiende a lo largo de una extensa franja de más de 900 kilómetros, entre Abiyán, la población más habitada de Costa de Marfil, y Lago, la gran metrópoli de Nigeria.
Entremedias se reparten otras ciudades repartidas por Ghana, Togo y Benín.
En el amplio cinturón costero se localizan por ejemplo Takoradi, Accra, Kasoa, Prampram, Lomé y Cotonou.
Las ciudades comprendidas entre Abiyán-Lagos van camino de sumar 40 millones de personas en cuestión de unos años, con urbes que se están convirtiendo en grandes centros, localidades que nacen en entornos hasta hace poco áridos y otras que acaban absorbidas por núcleos aún más grandes.
Al ampliar el foco y abarcar los nuevos núcleos, la población prevista en la zona costera se dispara hasta rondar los 51 millones de personas en 2035.
Para hacerse una idea del dinamismo demográfico de la región africana llega con fijarse en el caso de Abiyán.
Según World Population Review, en su aglomeración urbana —lo que incluye núcleos adyacentes— viven unas 5,86 millones de personas y las previsiones pasan por rozar las 8,4 millones en 2035, lo que le haría superar la población de Nueva York.
No está mal si se tiene en cuenta que 1950 la ciudad africana tenía solo 65.000 habitantes y en 2000 apenas pasaba de tres millones.
El gran motor de Lagos.
Si hay una ciudad que ejemplifique el impulso demográfico de la región es Lagos, la urbe más poblada de Nigeria y África, según Statista, que calcula que en 2023 acogía una población estimada de nueve millones de personas, por delante de Kinsasa, El Cairo o Alejandría. La plataforma habla de la población de "la ciudad propiamente dicha".
Macro Trends o World Population Review señalan que en el conjunto del área metropolitana podrían residir algo más de 16,5 millones, y hay quien eleva el censo por encima de los 20 millones.
Lo que está claro es que la ciudad seguirá creciendo. Y a buen ritmo. Las proyecciones de World Population Review, que asegura que trabaja con datos de Naciones Unidas, apuntan a que en 2035 el conjunto del área de Lagos pasaría de los 24,4 millones de habitantes tras encadenar año tras año crecimientos de entre el 3 y 4%., a duplicarse en 2050, lo que la convertiría en la tercera mayor ciudad del mundo.
La gran ciudad del mundo.
Hay quien ha ido más allá y apunta la posibilidad de que el área urbana de Lagos llegue a 2100 convertida en la más poblada de todo el planeta.
Así lo deslizaban en 2016 un grupo de expertos en un artículo publicado en Environment and Urbanization, en el que apuntan que ese año su censo puede rondar ya los 88,3 millones de personas, muy por encima de Kinsasa o Bombay.
Con todo, los propios demógrafos reconocen que hay variables que pueden influir en la imagen final.
Solo en el caso de Lagos, precisan, la población prevista oscila entre 61 y 100 millones de habitantes dependiente de los "distintos escenarios".
"Se espera que Lagos supere los límites del tamaño que puede tener una metrópoli. Lagos ya ha experimentado un crecimiento explosivo en las últimas décadas y está creciendo tan rápido que nadie sabe realmente cuántas personas viven allí. Más de 2.000 personas emigran a la ciudad a diario y las estimaciones de población varían mucho, entre 11 y 21 millones de habitantes —reconoce World Economic Forum—.
Se prevé que para finales de siglo tenga una población superior a 88 millones".
El reto de las infraestructuras.
En sus proyecciones de población para las próximas décadas, World Population Review desliza una advertencia que va más allá de la simple demografía: Lagos crecerá, y crecerá mucho, aunque "con menos infraestructura que cualquiera otra gran ciudad del mundo".
La reflexión entronca con uno de los grandes retos que afronta África occidental y en el que incidía ya en 2022 el análisis de The Guardian: cómo sus autoridades gestionarán uno de los procesos de urbanización más rápidos de la historia de la humanidad.
En el corredor Lagos-Abiyán se da además el hándicap de que la población se distribuye a lo largo de cinco países distintos con sus propios gobiernos: Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín y Nigeria.
Sobre la mesa hay ya un ambicioso proyecto que facilitaría las comunicaciones: la Carretera Costera Transoccidental de África, una amplia autopista transnacional que enlazaría una docena de países costeros de África Occidental.
La infraestructura abarcaría desde Mauritania hasta Nigeria.
En 2022 Nigeria destacaba las ventajas de un vial de 1.028 kilómetros entre Lagos y Abiyán con un coste estimado de 15.600 millones de dólares que se asumiría con la implicación del Banco Africano de Desarrollo. "Estamos hablando de ofrecer una vida mejor a cinco países y más de 40 millones de personas que utilizan ese corredor casi a diario", reivindicaba su ministro de obras públicas.
Nigeria será el tercer país más poblado del mundo. Hoy su gobierno no sabe a ciencia cierta cuántos habitantes tiene.
Es sorprendente, a la vez que preocupante, el fenómeno de la concentración humana en las grandes urbes; y esto se da en la mayoría de los países del mundo.
Basta recorrer Latinoamérica y Europa; y por lo que es sabido, también sumando a China, para ver grandes extensiones de tierra con sus respectivas aldeas, prácticamente desiertas. La llegada de la tecnología ha expulsado a los agricultores que las trabajaban, a las grandes ciudades, en la búsqueda de un mayor confort.
Por lo visto en este artículo, este fenómeno también ocurre en África, y en proporciones mucho mayores a las conocidas en nuestro hemisferio occidental.
Creo que estas grandes concentraciones humanas que están ocurriendo en períodos de tiempo relativamente costos, constituyen un grave riesgo, no solo para los países en los que suceden, sino para toda la humanidad.
En efecto, al hacinamiento y la falta del espacio adecuado para recibir a tamaña cantidad de personas, se suma el hecho de la contaminación de todo tipo que el mismo genera, ya sea por el uso irracional de la energía requerida, los residuos generados, la emisión de gases peligrosos, entre otros factores.
Ojalá que este fenómeno pueda captar la atención de los organismos internacionales para poder planificar estos movimientos con el tiempo adecuado y no encontrarnos con desagradables sorpresas cuando ya sea demasiado tarde.
Tony Salgado
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