Hola, querido lector.
Decidí presente este artículo porque si bien, aparentemente, la respuesta a esta pregunta parece una obviedad, en el fondo no lo es.
El motivo es que, si bien las distintas respuestas provienen de una lógica puro y dura, en el momento de decidir, algunas personas lo hacen atendiendo a otras circunstancias., por lo que debemos conocerlas.
Si observo lo que pasa en China desde hace ya muchos años, o extrapolo a nuestro mundo occidental y tengo en cuenta los riesgos de contaminación asociados al calentamiento global, creo que debemos acostumbrarnos sí o sí a su correcto uso.
Te espero al final de la lectura para compartir mis conclusiones.
¿Debo seguir usando mascarilla?
The New York Times, Febrero 2022
Amelia Nierenberg
“A medida que se retiran los mandatos para el uso de mascarillas y se reducen las nuevas infecciones por coronavirus en Estados Unidos, hay mucha confusión sobre si hay que llevar mascarilla y cuándo.
“Es lo más difícil de todo, porque no se trata solo de los riesgos y beneficios para uno mismo”, dijo Robert Wachter, profesor y director del departamento de medicina de la Universidad de California en San Francisco. “Son los riesgos y beneficios para quienes te rodean”.
Una buena manera de enmarcar la cuestión es preguntarse: ¿quién es la persona más vulnerable de tu círculo cercano?
Si tienes inmunidad comprometida, por ejemplo, o vives con alguien que la tiene, es una buena idea seguir usando una mascarilla y mantener la distancia social con los extraños, especialmente en áreas interiores con aire estancado donde el virus puede acumularse.
Las mascarillas también son importantes si no estás vacunado o si pasas tiempo con otras personas que no están vacunadas.
Las personas no vacunadas tienen un riesgo abrumadoramente mayor de hospitalización y muerte por COVID-19.
Las mascarillas también son imprescindibles en los hospitales, donde hay muchas personas vulnerables.
Pero si por lo demás estás sano y has recibido la vacuna y la vacuna de refuerzo, tu riesgo de enfermar gravemente con covid es extraordinariamente pequeño.
Está más o menos en consonancia con otros riesgos que la gente corre a diario, como manejar un auto.
Muchas personas “sopesan el hecho de que les encantaría volver a la normalidad y pueden estar dispuestas a aceptar un poco de riesgo para obtener un nivel de simplicidad que conocieron por última vez en 2019”, dijo Wachter. “Eso no es irracional”.
Además, siempre existe el riesgo de que alguien sufra de covid persistente, incluso si la persona está vacunada, aunque aún se desconoce mucho sobre la afección.
Si las tasas de infección en el lugar donde vives son elevadas, lo que ha ocurrido prácticamente en todas partes durante la última oleada de la variante ómicron, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades siguen recomendando el uso de mascarillas en la mayoría de los espacios interiores.
Pero en muchas situaciones, la decisión de llevar una mascarilla se convierte en algo personal.
Hablamos con expertos para que nos den una guía sobre los lugares, y las situaciones, en los que es buena idea cubrirse la cara.
Hay pocas pruebas científicas que demuestren que cubrirse la cara ofrezca mucha más protección en muchos espacios exteriores, como las aceras o los parques.
Las cosas se ponen un poco más peliagudas con las multitudes, como en un concierto o en una instalación deportiva.
“Si no sientes el viento en las mejillas, probablemente no estás en una zona de gran ventilación al aire libre”, dijo Asaf Bitton, médico de atención primaria y director ejecutivo de Ariadne Labs del Brigham Hospital y de la Salud Pública de Harvard. “
“Si estás realmente hombro a hombro con otras personas, debería ser el caso usar cubrebocas al aire libre, al menos por ahora”.
Erin Bromage, profesor de biología que estudia enfermedades infecciosas en la Universidad de Dartmouth, ha ayudado a grupos musicales de gira a evaluar los riesgos de la covid durante toda la pandemia.
El principal lugar en el que ha observado riesgo de transmisión en los conciertos es en la zona donde las personas deben estar de pie, cercana al escenario.
“El riesgo se concentra principalmente en las zonas situadas en la parte delantera del escenario, donde la gente está una encima de la otra cantando y haciendo esfuerzos físicos”, dijo Bromage.
Sin embargo, la mayoría de los conciertos al aire libre son generalmente seguros, dijo. “Si estás de pie en el césped viendo un espectáculo, realmente no hay datos que sustenten que una mascarilla hace algo para protegerte de lo que la madre naturaleza no se esté encargando”.
Y si el local requiere vacunas o un test de covid negativo reciente, estás aún en mejores condiciones.
Ante todo, sigue las normas y reglas del lugar al que entras. Si el cartel de la puerta dice “Se requiere cubrebocas”, no querrás que los trabajadores del comercio tengan que hacer cumplir la regla. Su trabajo ya es lo suficientemente difícil, y todo el mundo puede llevar una mascarilla con poco o ningún sacrificio.
Si en el negocio el uso de la mascarilla es opcional, hay que tener en cuenta el espacio, las multitudes y el flujo de aire.
Bromage sugiere una analogía con cigarrillos: si alguien estuviera fumando, ¿el olor y el sabor de los cigarrillos llenarían rápidamente el aire? Si es así, también lo haría el virus. Sería inteligente llevar una mascarilla. Si no, es poco probable que te infectes.
“Cuando entro en un espacio, siempre lo hago”, dice Bromage. “¿Qué altura tienen los techos? ¿Se mueve el aire? ¿Puedo crear mi propio espacio de separación?”.
Por ejemplo, una gran tienda con techos altos. “Suelen tener una buena ventilación y, debido a los techos altos, hay mucha dilución”, dijo Linsey Marr, profesora de ingeniería de Virginia Tech. “Los riesgos son bastante bajos, a no ser que estés en una fila abarrotada de gente esperando para pagar”.
“Si se trata de un espacio más pequeño y abarrotado, por ejemplo en algún mercado con pasillos minúsculos y la gente está ramontonada allí, el riesgo es mayor”, continuó. “Sería mejor usar un cubrebocas”.
Una peluquería puede ser un espacio pequeño, pero normalmente no habrá mucha gente dentro del negocio, por lo que el riesgo de que una persona infectada pase por allí será generalmente bajo, especialmente cuando el número de casos disminuye.
En un restaurante, el humo del cigarrillo de una persona en la mesa de al lado no llenaría el aire por encima de la tuya. Pero sí olieras a alguien que fumara en tu propia mesa, ello supondría el mayor riesgo.
El gimnasio puede resultar especialmente aterrador. Una respiración más intensa puede expulsar más partículas de virus, pero la mayoría de los gimnasios tienen excelentes sistemas de ventilación.
Si no la tuvieran, apestarían”. Eso significa que cualquier partícula de virus que pueda estar flotando por ahí también es aspirada junto al sudor y su olor.
Pero una clase de spinning, en una sala pequeña con gente vociferando, gritando, jadeando y resoplando, probablemente no sea seguro.
El transporte público está exento de los mandatos locales: se sigue exigiendo el uso de una mascarilla. Además, es una buena idea ya que en los autobuses y el subte hay muchos desconocidos entrando y saliendo de un espacio reducido y cerrado.
En los aviones, sin duda hay que llevar mascarilla. No existe un mandato nacional que obligue a los pasajeros de las aerolíneas a vacunarse, por lo que, incluso si estás vacunado, no sabes el estado de las personas que te rodean.
Los expertos en salud pública están de acuerdo en que los mandatos de uso de mascarilla en la escuela no deberían durar para siempre, pero difieren en cuanto a si ha llegado el momento de eliminarlos. Para los padres, el cambio de normas puede resultar confuso. He aquí algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión para tu propia familia.
Los niños casi nunca sufren síntomas graves, estén o no vacunados. Muchos alumnos han ido al colegio sin mascarilla durante la pandemia y muy pocos niños han enfermado gravemente. El riesgo para los niños siempre ha sido menor que para los adultos.
No hay un veredicto aún sobre si las mascarillas impiden el desarrollo social pero varios estudios sugieren que el cubrebocas dificulta la comunicación, inhibiendo la capacidad de los niños para reconocer a los demás o sus emociones.
Los niños y sus escuelas han tenido que soportar una carga colectiva, en gran medida para proteger a los adultos en sus vidas.
Hay que tener en cuenta todas las formas en que los niños se relacionan entre sí. Puede que las mascarillas impidan la transmisión en la propia aula, pero los niños interactúan fuera del horario escolar.
Las mascarillas no funcionan cuando la gente las lleva puestas en una circunstancia, pero más tarde, ese mismo día, se las quitan. Lo único que se logra es trasladar la infección de la escuela para después de la escuela.
Adicionalmente, el coronavirus no es el único bicho que flota por ahí, ni el único que puede ser perjudicial para las personas vulnerables.
La gripe, por ejemplo, mata a más de 30.000 estadounidenses en una temporada típica, la mayoría de los cuales son adultos mayores o inmunodeprimidos.
Las gripes y los resfriados se transmiten probablemente de la misma manera que la covid. Si uno se siente un poco enfermo, podría estar soltando el virus en el aire y transmitirlo a otras personas. Deberías quedarse en casa o, si tiene que salir, llevar una mascarilla”.
Según los expertos, una mascarilla bien ajustada y de alta calidad lo protegerá, incluso si otras personas no se cubren las vías respiratorias”.
Hola, una vez más, aquí te esperaba para pasarte mis comentarios.
Es cierto que el contenido de este artículo puede catalogarse dentro de un concepto que utilicé en diversas ocasiones en mi vida profesional, el “sentido común organizado” (OCS).
Es, ni más ni menos, que ponerlo en práctica en la multitud de ocasiones que se nos presenta diariamente, encajado dentro de los límites que les plantean las mismas.
Si bien parecería obvio para muchas personas las recomendaciones, doy fe de que para otras no lo son tanto y por eso, justamente, es importante la nota.
Existen agentes que contradicen circunstancialmente el sentido común. Por ejemplo, los miedos y temores exagerados, la experiencia de familiares, algunos conocidos fallecidos, etc; o por el contrario una excesiva autoconfianza, el relativizar problemas, considerar protegido el ambiente, etc.
En suma, creo que más vale que nos habituemos al uso correcto de las mascarillas en los ambientes que verdaderamente lo requieran ya que, según intuyo, han llegado para acompañarnos durante en largo tiempo.
Ahora me gustaría conocer tu honesta opinión con respecto a este artículo.
¿Si tuvieras que calificarlo entre 1 y 5, donde 1 es muy malo y 5 es muy bueno, qué número le asignarías?
Si pudieses resumir en una sola palabra el motivo de tu calificación, ¿cuál sería?
Gracias por tu colaboración.
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