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Foto del escritorTony Salgado

Hace

Hola, estimado lector.

Sabemos de Diciembre de 2022 será recordado siempre con mucha emoción y alegría por todo nuestro querido pueblo argentino.

Nuestro seleccionado nacional de fútbol obtuvo el tercer campeonato mundial de la historia, luego de 36 años de la gesta anterior en Méjico y ubicándose en el podio tan solo después de Brasil, Alemania e Italia.

Sin lugar a dudas, la imagen de Lio Messi quedará asociada indisolublemente a la obtención de este trofeo, en su condición de estrella y capitán.

No obstante, creo personalmente que este histórico logro se debe a la SENSACIONAL ACTUACIÓN de su arquero, Dibu Martínez, ejemplo de sacrificio y abnegación.

El artículo siguiente se remonta a mediados de 2021, cuando Argentina acababa de pasar a la final de la Copa América, en gran parte también gracias a la enorme contribución de Dibu.

Te espero al final de la lectura para contarte mis conclusiones.



Dibu Martínez. La historia detrás del héroe

Prensa brasilera, Julio 2021


“El arquero de Argentina Emiliano Martínez luego de detener un penal ante Colombia hoy, durante un partido por las semifinales de la Copa América en el estadio Mané Garrincha de Brasilia (Brasil)”.


De las lágrimas en la pensión del Rojo a su llanto de emoción ante Colombia. De ser rechazado por Boca y River a romperla en el más alto nivel. Así se formó el arquero de la Selección.

En efecto, de aquellas lágrimas que acompañaban sus noches de soledad en la pensión de Independiente al llanto de emoción luego de haberse convertido en el héroe de la Selección ante Colombia.

De aquellos temores y dudas que sintió cuando tuvo que armar las valijas para irse a Inglaterra con apenas 17 años al temple y seguridad que mostró en el estadio Mané Garrincha de Brasilia.

De ser rechazado por Boca y River cuando tenía diez años a convertirse en el dueño del arco más grande de todos: el de la Selección.

De suplente a titular indiscutido.

La de Damián Emiliano Martínez es una historia de lucha, sacrificio y superación personal.


Su maestro del arco, Miguel Ángel Santoro (Pepé), comentó que tuvieron que pulirlo y mucho para convertirlo en el arquero que es hoy.

"Puso muchas lágrimas para estar donde está", recordó la gloria del Rojo, quien lo formó y moldeó desde los 13 años en las divisiones inferiores del club de Avellaneda.

Dibu, apodo que le puso el propio Santoro, es un arquero que se fabricó como consecuencia del trabajo arduo. Se trata, en definitiva, de un fruto del esfuerzo.

"Tenía mucha torpeza, no estaba preparado físicamente y no tenía fuerza. Él sufría mucho porque tenía por delante una camada muy buena y eso le sirvió para aprender.

Tuvo grandes compañeros y mucha competencia: en ese tiempo estaban Lucas (Molina), Emiliano (Molina), Oscar (Ustari), Gabbarini, Fabián (Assmann) y el Rusito (Rodríguez), que también era de los pagos de él.

Recuerdo que el Rusito me preguntaba: “Pepé, ¿qué le vio?”.

Porque Emi era un grandote, medio torpe y sin mucha técnica.

Pero a través de mucho sacrificio y muchas lágrimas él se fue depurando", rememoró Santoro, sobre los tiempos en los que el arquero de la Selección vivía y dormía en las camas cuchetas de la humilde pensión que tenía Independiente en esos tiempos.


Pero Dibu ya había comenzado a pelearla antes de desembarcar en el Rojo.

Nació y vivió sus primeros años en el Barrio Jardín de Mar del Plata, junto al Bosque Peralta Ramos.

Creció en el seno de una familia humilde: su padre era pescador y su mamá empleada doméstica.

Su historia con la pelota comenzó a los cuatro años, cuando se inició futbolísticamente en el club General Urquiza, el mismo en el que jugó uno de sus compañeros de Selección: Lucas Martínez Quarta.

Siempre fue alto y es por eso que en esa pequeña institución de barrio solía jugar con futbolistas más grandes de la categoría '90, entre los que se encontraba su hermano, Alejandro.

A los 10 años lo llevaron a Buenos Aires para probarse en Boca y River, pero en ambos clubes no le vieron condiciones y lo rechazaron.

Después de jugar un tiempo en Talleres y San Isidro, dos clubes de su ciudad natal, el técnico marplatense Roberto (Cacho) Gonzalo le consiguió una prueba en Independiente.

Y allí conoció a su mentor: Pepé Santoro.

En las Inferiores del Rojo lo trabajaron, él se perfeccionó y en 2009 llegó a disputar el Sudamericano Sub 17, en el que le atajó dos penales a Brasil, y el Mundial de esa misma categoría en Nigeria, donde lo observaron los integrantes del departamento de captación del Arsenal.

Ese mismo año lo invitaron a una prueba de diez días en Londres y Santoro, quien lo acompañó durante la travesía, tuvo que convencerlo de viajar.

"Era muy joven y no quería alejarse de la familia", dijo Pepé.

El Arsenal pagó 500.000 euros por el 65% del pase del juvenil, que tenía 17 años cuando se marchó.

Y una vez instalado en Inglaterra, su lucha continuó.

Dibu Martínez tuvo mucha paciencia, persistencia y tenacidad: su oportunidad no le llegó rápido; todo lo contrario.

De hecho, su debut en el viejo continente fue recién en mayo de 2012, tres años después de haber arribado a Inglaterra, y jugando para el Oxford United, un club de la tercera división.

En el Arsenal nunca encontró continuidad, por lo que fue cedido a préstamo a varios clubes. Luego de un breve paso por el Arsenal en 2014; Dibu estuvo en Sheffield Wednesday, Rotherham, Wolves, Getafe de España y Reading.

​En la temporada 2019-20 volvió a los Gunners (Arsenal) y fue el arquero suplente, hasta que el alemán Brend Leno se lesionó.

Eso le abrió una puerta que no desaprovechó. Fue clave para la obtención de la FA Cup y la Community Shield.

En septiembre del 2019 el Aston Villa pagó 21.500.000 euros por él y acabó firmando por cuatro temporadas, convirtiéndose en el arquero argentino más caro de la historia.

Su debut en ese club fue ante el Sheffield United, donde el Arsenal ganó 1-0 y Dibu atajó un penal.

"Me cuesta encontrar palabras para describir todo esto que estamos viviendo", comentó el hombre de 28 años, quien fue padre apenas cuatro días antes del partido y aún no pudo ver a su hijo.

"Sabemos que Brasil es el favorito desde el inicio de la Copa, pero nosotros tenemos un gran entrenador y al mejor jugador del mundo. Y vamos a ir a ganar la final".

Una final a la que Argentina llegó gracias a los penales que él atajó, intimidando a los rivales con sus palabras picantes para imponerse en el juego psicológico.

Dibu ya se convirtió en héroe. Ahora quiere convertirse en campeón."


Bueno, acá estoy, esperándote.

Como ya conocés el final de la historia, no voy a entrar en sus detalles.

Solo mencionar que Argentina terminó ganando la Copa América del 2021, luego de 28 años de sequía y que eso no fue sino el aperitivo para lo que habría de acontecer un año y medio después, cuando logró la Copa del Mundo, 36 años después de haberlo hecho en Méjico.

Dibu fue el gran artífice, junto a Messi, de esta gesta, en especial por sus actuaciones frente a Holanda y en la final, contra Francia.

Creo que esta espectacular carrera se debió, entre otros factores, a dos elementos:

Por un lado la firmeza y determinación de Dibu, quien convencido de sus aptitudes, nunca se amilanó a pesar de las dificultades que debió atravesar en su carrera, dados el preconcepto que se había instalado de él y la feroz competencia que debió superar.

Pero por otro lado, su éxito se debió también a la enorme fortuna de haber encontrado un mentor como el Pepé Santoro, quien en todo momento creyó en sus condiciones y, por lo tanto lo apoyó incondicionalmente, a pesar de las críticas recibidas inicialmente.


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